Erección

La Diócesis de Saltillo fue erigida por el Papa León XIII el 23 de junio de 1891.

La ejecución de esta nueva sede eclesiástica fue encomendada por el Santo Padre al entonces arzobispo de Guadalajara, Señor don Pedro Loza, quien a su vez subdelegó la ejecución de la parte que correspondía a Saltillo al Señor Canónigo don Santiago Garza Zambrano, de la Diócesis de Linares.

El Señor Canónigo Garza Zambrano (quien después de 2 años sería el primer Obispo de la nueva diócesis), ejecutó la erección el 30 de octubre de 1891, a las 10:00 de la mañana, en el hasta entonces templo parroquial de Santiago Apóstol.

Tras su fundación, la nueva sede se conformó tomando las parroquias de San Pedro, Matamoros, Viesca y Parras, del Obispado de Durango y el resto de Monterrey; estos territorios en conjunto constituyen el Estado civil de Coahuila.

El Papa León XIII señaló que era necesario “atender convenientemente a las almas que habitan los crecientes poblados como Saltillo”, que en ese entonces dependía de la Diócesis de Linares.

Es así como inicia este gran centro religioso que, siendo parte de una sede vecina, tuvo que deslindarse por la creciente necesidad de la región que abarcaba más de 18 municipios del Estado de Coahuila en un territorio de 151,571 km2.

Pastores en busca del pueblo

La Diócesis de Saltillo, en sus ya 120 años, ha tenido seis obispos, quienes han pastoreado a esta iglesia local a través de la tarea evangelizadora, así como han contribuido al florecimiento de vocaciones para el ministerio sacerdotal, a la vida consagrada y el compromiso de los laicos a través de los movimientos diocesanos.