La Pastoral comunitaria tiene como objeto las acciones que se dirigen a todos los bautizados y gente de buena voluntad, con el fin de mantener experiencias de todas las diversidades humanas (género, edad, cultura, opciones políticas, nivel económico, etc.) y eclesiales (dones, carismas y ministerios) que construyen la vida comunitaria.
Este es el Primer nivel de la acción pastoral, cuida de todos los bautizados/as en cuanto forman un cuerpo social, el Pueblo de Dios como tal; y está llamado a la santidad.
Aquí se reconstruye el tejido familiar, social y eclesial dañado por el individualismo, y se apunta al horizonte de la santidad comunitaria.
En este nivel fundamental se encuentran tres niveles específicos:
- Pastoral de multitudes (1.1),
- Pastoral de pequeñas comunidades (1.2)
- Pastoral familiar (1.2).
Estos niveles promueven la vida comunitaria como integración de las diversidades; coordinan las distintas actividades parroquiales correspondientes y ayudan a resolver los conflictos de su competencia; también en este nivel se cuida de las evaluaciones periódicas y se armonizan las propuestas de planes específicos, correspondientes a cada uno.